Almudena Amador (Llibreria Ramon Llull)
Primero recomendar a tres autores, así en general, que me parecen enormes:
MARIE HÈLÉNE LAFON
VICENTE VALERO
MANUEL ASTUR.
Destacar el más reciente de cada uno y uno anterior de cada uno:
Las fuentes/Historia del hijo
El tiempo de los lirios/El arte de la fuga
La aurora cuando surge/El fruto siempre verde
Otros que me encantaron del 2024:
Biografía de X, C Lacey (con traducción de Nuria Molines)
Las desventuras del nuevo Satán (con traducción de Consuelo Rubio)
Madre de corazón atómico, Agustín Fernández Mallo
El paracaidista, de Ana Campoy
El arte de invocar la memoria, Esther López Barceló
La llamada, Leila Guerriero
El volumen del tiempo, primera parte del 2024 y la segunda del 2025, Solej Balle
Ojo a esta autora, finalista al Booker. Y vienen cinco volúmenes más
Destacar alguno del 2025 (para este me hace falta más tiempo, en ello estoy)
El vuelo del hombre, Benjamín G. Rosado
Oposición, Sara Mesa
Mayte Alvarado y Borja González (spiderland/snake)
Cartas a Vincent, de Julio César Pérez. Libros del zorro rojo, 2024
Walicho, de Sole Otero. Salamandra graphic, 2023
Mudanza, de Luis Yang. Autoedición, 2025
Anzuelo, de Emma Ríos. Astiberri, 2025
Y un cómic para los peques:
Cosmo en el espacio, de Javi de Castro. Astiberri, 2024
Manuel Arranz (Escritor y traductor)
Dos libros. Dos autores que movilizan dos conceptos, dos ideas, dos miradas distintas sobre la literatura, su utilidad, su valor. Dos obras, pues nos referimos a la obra en sí, y no únicamente a estos dos libros, en las antípodas una de la otra. Proust, novela familiar, es un ensayo autobiográfico (Premio Médicis de Ensayo 2023) de la historiadora y crítica de arte francesa Laure Murat. Proust es todo un mundo, es la literatura por antonomasia. Desde que André Gide lo rechazara, si bien no tardó en rectificar, nadie ha vuelto a cuestionarlo. Pero conviene distinguir entre los proustianos que han leído a Proust y los que no lo han leído, que son mayoría. Nuestra autora es de los primeros, de los que saben que Proust es algo más que una emoción estética y su libro una fehaciente prueba de para qué sirve la literatura. Y Londres, segunda parte de Guerra, la novela perdida de Louis-Ferdinand Céline encontrada en una maleta en 2021. (Los franceses encuentran cada cierto tiempo una novela en una maleta que nos sorprende.) Si en el caso de Proust lo primero que se suele destacar es la “emoción estética”, en el de Céline tendríamos que hablar entonces de “conmoción estética”. Céline es devastador. Proust hace de las emociones la razón de su novela, la materia de su memoria. Céline pulveriza las emociones estéticas. Dos obras, la de Proust y la de Céline, que cambian nuestra visión del mundo, nuestra forma de estar en él, nuestra idea de la literatura. O, por el contrario, que no cambian nada.
Manuel Borrás (Editorial Pre-Textos)
Regreso con mucho gusto a las páginas de mis admirados Détour para recomendar esta vez
cuatro libros cuya lectura tengo cercana.
El primero de ellos, Mapa de soledades, editado en Seix y Barral, de Juan Gómez Bárcena
despliega ante nuestros ojos toda una cartografía de soledades con la intención de demostrar
que uno, por más que la soledad sea la meta de su vida, no está nunca radicalmente solo. En él
también se nos señala que en la comunidad de solitarios que constituimos los lectores se dan
soledades de índole tan distinta que uno acaba por aprender sabiendo que la soledad empieza
y termina en el registro de una piel que necesita siempre el contacto de otra piel.
Querría destacar también otro libro cuya lectura seducirá a cualquiera que piense que vivimos
en una sociedad que ha hecho de una sus banderas la sumisión de la intimidad a la sociedad
del espectáculo con las muy graves consecuencias que ese error nos está acarreando. Se trata
de la muy virtuosa Historia alternativa de la felicidad del poeta Juan Antonio González Iglesias,
editado por Penguin Random House. Un libro que sin duda ayudará a un mejor vivir a quien
sepa leerlo.
Mi tercera elección es un ensayo, que también puede colaborar a hacer más llevadera la
existencia de todo lector sensible y avisado, y que trata, ni más ni menos, el tema de la
amistad. La passió dels estranys de Marina Garcés vino a ratificar mi vieja idea de que los
amigos y las amigas son aquellos que nos protegen de nosotros mismos y por qué la amistad
es en el fondo una pasión extraña que abre la puerta al mundo de los extraños, tal como reza
la última frase de su acertada contraportada. El libro lo editó Galàxia Gutenberg.
Mi última recomendación sería otro aparecido también en Seix y Barral, contradiciendo esa
leyenda de que los grandes grupos editoriales solo publican cosas intrascendentes. Se trata de
Libro de familia de Galder Reguera o cómo hacer que una historia particular y doméstica,
incluida su herida, no sólo no nos deje indiferentes, sino que consiga empatizar con nosotros
hasta el punto de sentirla como propia. Un hermoso ejercicio de introspección amorosa.
Óscar Brox
Once tipos de soledad, de Richard Yates (Fiordo). Traducción de Esther Cross.
El tiempo de los lirios, de Vicente Valero (Periférica).
Ahí fuera, de Kate Folk (Mutatis Mutandis). Traducción de Inga Pellisa.
La consagración de Ashenden, de Stanley Elkin (La fuga). Traducción de Montse Meneses.
Cada lunes de aguas, de Juan Montiel (Fulgencio Pimentel).
Asesinato de un fotógrafo/Castroponce, de Pablo Rosal (Ya lo dijo Casimiro Parker) + La fortaleza/Los nuestros, de Lucía Carballal (La uña rota).
Mantvydas Bucys y Laura Rambla
Mircea Cartarescu, El ojo castaño de nuestro amor, Impedimenta
Mauricio Wiesenthal, Las reinas del mar, Acantilado
Wislawa Szymborska, Poesía completa, Visor
Antonio Porchia, Voces reunidas, Pre-textos
Benjamín Labatut, Un verdor terrible, Anagrama
Patrick Radden Keefe, No digas nada, Reservoir Books
Ana Carrasco-Conde, La muerte en común, Galaxia Gutenberg
José Watanabe, Poesía completa, Pre-textos
David Uclés, La península de las casas vacías, Siruela
Penélope Fitzgerald, La flor azul, Impedimenta
César Campoy (Periodista y sarajevita)
Para los balcánicos empedernidos, y amantes de las culturas del Este y Sureste de Europa, resulta sanador seguir comprobando que, a las pequeñas pero corajudas editoriales que continúan apostando por la literatura de la región, se unen nuevas iniciativas que disfrutan buceando en nombres prácticamente vírgenes en lengua española, abriendo nuevos horizontes para mentes curiosas.
Si a eso sumamos que, en los últimos lustros, se ha ido formando una estupenda generación de traductores de idiomas como el rumano o el bosnio-serbio-croata… miel sobre hojuelas.
Entre reediciones, clásicos, inéditos y malditos anda el juego. Una desconcertante delicia para los sentidos.
Las referencias, en los últimos meses, son muchas. He aquí, ante la dificultad que supone abordar las numerosas lecturas que se nos amontonan en casa, una breve pero exquisita selección:
Libre. El desafío de crecer en el fin de la historia, de Lea Ypi. Traducción de Cecilia Ceriani (Anagrama).
No matarían ni una mosca, de Slavenka Drakulić. Traducción de Isabel Núñez (Libros del K.O.).
Tres minutos. Sobre el misterio de la llamada de Stalin a Pasternak, de Ismaíl Kadaré. Traducción de María Roces González (Alianza).
Diarios del olvido, de Semezdin Mehmedinović. Traducción de Marc Casals (Deleste).
La mujer de chocolate, de Gib Mihăescu. Traducción de Joaquín Garrigós (Báltica).
Hijo de papá, de Dino Pešut. Traducción de Patricia Pizarroso y Marc Casals (Deleste).
De ningún lugar a ninguna parte, de Bekim Sejranović. Traducción de Patricia Pizarroso y Marc Casals (La Caja Books).
La fortaleza, de Meša Selimović. Traducción de Miguel Roán (Automática).
El coleccionista de las últimas palabras, a partir de relatos de L.D. Teodorovici, D. Lungu y F. Lăzărescu. Traducción de Rafael Pisot (Omen).
Y, a modo de postre, un interesantísimo bis sonoro, que aborda la relación sonora entre flamenco, rock y otros ritmos contemporáneos:
Todo es flamenco rock, de Antonio Jesús García y Ramón García (Efe Eme).
Marc Casals (Periodista y traductor)
Acerca del robo de historias y otros relatos, de Georgi Gospodínov (Impedimenta) – Trad. De Maria Vútova
No voy a ninguna parte, de Rumena Bužarovska (Impedimenta) – Trad. de Krasimir Tasev
Caravana para cuervos, de Eminé Sadik (Automática) – Trad. de Maria Vútova
Un cuento de hadas alemán, de Dinçer Güçyeter (Deleste) – Trad. de Patricia Pizarroso
Demonios, de Fatma Aydemir (Random House) – Trad. de Isabel García Adánez
El Museu de la Rendició Icondicional, de Dubravka Ugrešić (Angle Editorial) – Trad. de Pau Sanchis
La guineu, de Dubravka Ugrešić (Angle Editorial) – Trad. de Pau Sanchis
Pepe Cervera (Escritor)
Óscar Brox me propone participar en el especial por el día del libro que cada año organiza la revista Détour. Me pide elaborar una lista con recomendaciones de lectura. No hay criterio alguno establecido, me escribe, más allá del interés por recomendar libros que me parezcan valiosos.
¿Y qué libros pueden parecerme valiosos?
La Dana se llevó mi biblioteca el pasado mes de octubre y a todo el que me pregunta sobre el puñado de libros que más echo de menos, le digo que esa cuestión tiene mala respuesta. Un día la lista viene confeccionada con cinco títulos y al siguiente con otros cinco totalmente distintos. Así hasta llegar a los más de dos mil que me han naufragado. A pesar de esa dificultad, hablar de libros, compartir lecturas, es una de las mayores satisfacciones que me ofrece la literatura. Ahí va, pues, la relación que hoy, 15 de abril, a las 11:26 horas, considero de un valor incalculable.
Empezaré por tres clásicos. El primero, indiscutible, inacabable, una de mis carencias lectoras que por fin he decidido reparar: El libro del desasosiego, de Fernando Pessoa. Ortodoxia, de G. K. Chesterton, es el segundo. Un texto en defensa del cristianismo, como si el cristianismo necesitara defenderse. Yo, que me considero apóstata, pagano, hereje y ateo, como cualquier hombre de bien, reconozco que es un libro para devorarlo y salivar por la brillantez de su escritura. El tercero, Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad, de Lola López Mondéjar. ¿Que todavía no es un clásico? Dale tiempo. Lo será, ya verás tú.
De Ursula K. Le Guin se reunieron prólogos, críticas, opiniones, clases de escritura en Contar es escuchar, una maravilla de la que extraje esta cita que seguro acabaré por tatuarme: «Ser escritor tiene mucho de gesto, de fingir que lo eres, si actúas como si tuvieras un don, acabas por tenerlo».
En Monstruos, Claire Dederer no viene a descubrir las américas dejando al descubierto nuestras contradicciones. Somos contradictorios, y qué, a mucha honra. No es un libro que pretenda ofrecer respuestas, pero te deja pensando y pensando y pensando. Con eso basta.
Tinta invisible, de Javier Peña. Es una autobiografía, un ensayo, ficción, memorias. ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¿Y qué más dará? Es una historia de amor por la literatura.
Y para terminar, ahí van unos cuantos libros de cuentos, género literario por antonomasia. Ningún lector debería pasar por alto las colecciones de uno de los mayores cuentistas que he tenido la fortuna de leer. Damas y caballeros, pongámonos en pie para recibir como se merece a Tohm Jones —El púgil en reposo, Ola de frío, Sonny Liston fue mi amigo—; aunque, bien pensado, lo mismo podría decir de Alan Heathcock y su Volt; y de Bonnie Jo Campbell y su Madres, avisad a vuestras hijas; y de El cielo de los animales, de David James Poissant; y de Óxido y hueso, de Craig Davidson.
Àlex Farreras (Editorial Deleste)
Cartas desde el manicomio (Sajalín Editores) Dario Džamonja.
La piedra permanece (Libros del KO) Marc Casals.
La singularidad (Mapa) Balsam Karam.
Dios nos golpea a todos (Dirty Works) Poe Ballantine
Nusos entre els dits (Raig Verd) Leila Kasra.
Eve Ferriols (Escritora y bibliotecaria)
Génie la loca, de Inès Cagnati. Errata Naturae
Un pequeño mundo, un mundo perfecto, de Marco Martella. Elba
Vida imaginaria, de Natalia Ginzburg. Lumen
El jardín de los Finzi-Contini, de Giorgio Bassani. Acantilado
El cielo es azul, la tierra blanca, de Hiromi Kawakami. Debolsillo
Estaciones, de Mario Rigoni Stern. Pre-Textos
Sin relato, de Lola López Mondejar. Anagrama
Miguel Fuentes (Librería Cosecha roja)
Urtain, de Felipe de Luis Manero. Pepitas de Calabaza.
Aflicción, de Russell Banks, traducción de Benito Gómez. Sexto Piso.
La cosecha de hielo, de Scott Phillips, traducción de Diego de los Santos. Sajalín Editores.
Manual práctico de cocina Negra y Criminal, de Montse Clavé. Pepitas de Calabaza.
Dios nos golpea a todos, de Poe Ballantine, traducción de Javier Lucini. Dirty Works.
Quien tiene miedo muere a diario, de Giussepe Ayala. Traducción de David Paradela. Gato pardo Ediciones.
Vampiras, de VV.AA. Valdemar.
David Bowie: Vidas, de Dylan Jones, traducción de Óscar Palmer. Es Pop Ediciones.
María García Cabrera (Librería Nöstlinger)
Un año más ahí van mis recomendaciones de lecturas para este Sant Jordi, seguramente si te has pasado por la librería me has escuchado hablar de estos libros.
La mala costumbre, de Alana S. Portero, editorial Seix Barral. Para leer este libro es imprescindible tener al lado un paquete de pañuelos. El libro nos cuenta la vida de una mujer trans a lo largo de los años. Podemos vivir su infancia, su primer amor, las relaciones con su familia, sus amistades, sus vecinas, los miedos, odios y auto odios. Lo que hace Alana en esta novela es sencillamente espectacular.
Virgen jurada, de Elvira Dones, editorial Errata Naturae. Este libro nos transporta a un clan de las montañas de Albania, ahí la protagonista de la historia debe tomar una decisión: convertirse en una Virgen jurada para poder seguir siendo dueña de su vida, esto significa a todos los efectos pasar de ser una mujer a ser un hombre. Después de más de diez años socializándose como un hombre recibe la invitación de una prima para irse a vivir a los Estados Unidos y empezar una nueva vida.
Como bestias, de Violaine Bérot, editorial Las afueras. A lo largo de cada capítulo y a través de diferentes testimonios de testigos a la policía vamos descubriendo cómo son las personas acusadas de un suceso. Nada es lo que parece y todo va cambiando a medida que las diferentes personas van contando su testimonio.
Libre: el desafío de crecer en el fin de la historia, de Lea Ypi, editorial Anagrama. La caída del socialismo en Albania narrada desde el punto de vista de una niña entre sus once y sus quince años. Una lectura muy interesante y diferente para conocer un trozo de la historia.
Un estiu, de Claudia Serra, editorial Sembra llibres. Un texto de teatro que nos narra un suceso en un cámping en el que no esperas que la trama gire hacia donde va. Se lee muy rápido y sorprende los recursos que emplea la autora para narrar los sucesos de la trama.
Cómo maté a mi padre, de Sara Jaramillo Klinkert, editorial Lumen. Un libro desgarrador que nos cuenta cómo un suceso cambia por completo la vida de la protagonista y su familia en Colombia.
Criminales climáticos. Las multinacionales que arrasan el planeta, de Mickaël Correia, editorial Altamarea. Para entender un poco mejor cómo funciona la geopolítica y descubrir cómo las multinacionales del petróleo y el gas son las mayores responsables de las emisiones de CO2 del planeta.
Homes, amor i cures. Masculinitat contra l’auge reaccionari, de Francesc Miró, editorial Sembra llibres. Un libro muy bien escrito que hace un repaso por las características de la masculinidad hegemónica. El autor es periodista y hace un gran trabajo de redacción para contar de manera amena un tema que de entrada puede resultar árido. Haciendo referencia a elementos de la cultura pop actual, con menciones a canciones, series o películas va desgranando todas las características y aportando ideas para superar los problema del patriarcado que nos afectan a todos.
Donatella Iannuzzi (Editorial Gallo Nero)
Hotel Splendid, de Marie Redonnet. Malas Tierras, 2023
Una especie de Gatopardo a la francesa con tintes fellinianos, donde la decadencia de un hotel construido a orilla de un pantano se hace espejo de la decadencia de sus protagonistas.
La tumba, de José Agustín. Debolsillo, 2007. Novela corta de formación publicada en 1964 y con tintes autobiográficos.
Espejo de la alta sociedad mexicana clasista y viciosa y de unos adolescentes apáticos y desorientados.
Agua viva, de Clarice Lispector. Siruela, 2014.
Carta de desamor y una reflexión sobre los límites de la vida y los desafíos de la muerte.
Juan Jiménez García
Londres, de Louis-Ferdinand Céline (Anagrama). Un Céline en estado bruto y brutal.
Extinción, de Thomas Bernhard (Alfaguara). Tan lejos, tan cerca (del anterior).
Almanaque, de Péter Nádas (Temporal). Escribí: Ternura.
La leyenda de los ciclistas, de Svetislav Basara (Automática). Un escritor tan loco e imprescindible como siempre.
El boxeador con sotana, de Joseph Roth (Báltica). Roth articulista es inmenso…
El caso Brasillach. La Francia collabo ante el espejo, de Alice Kaplan (Fórcola). Pues eso, Francia (de espaldas) frente a sus demonios.
Psicogeografía, edición de Julio Monteverde (Pepitas). Una pieza más en el apasionante puzle.
Algo de teatro:
Teatro furioso, de Francisco Nieva (Punto de Vista)
Fantasmas, de Pablo Remón (La Uña Rota). Ay, Doña Rosita anotada…
Par simple, de Mauricio Kartun (Ediciones del Bufón). Un Kartun grande, ese Terrenal. Pequeño misterio ácrata.
Y de cómic (manga):
Flight, de Kuniko Tsurita (Gallo Nero)
Entre tanta relectura, elijo una:
Cuentos, de Antón Chéjov (Pre-Textos). Tal vez la mejor edición de sus cuentos.
José Manuel Labordet (Caleidoscopio de libros)
Qiu Miaojin, Apuntes de un cocodrilo, trad. de Belén Cuadra, Madrid, Gallo Nero, 2020.
Apuntes de un cocodrilo, clásico de culto, es la primera obra de la autora taiwanesa Qiu Miaojin, publicada en 1994.
Aleksándar Vutimski, Cuaderno azul, trad. Marco Vidal, Madrid, La Tortuga Búlgara, 2024.
Aleksándar Vutimski, Ojos que lloran, trad. Marco Vidal, Madrid, La Tortuga Búlgara y Caleidoscopio de libros, 2024.
El compendio narrativo del autor búlgaro modernista más valiente y sensible.
Stefano Benni, Cómicos guerreros despavoridos, trad. de Melina Márquez, Amarillo editora, 2024.
Una originalísima y loca tragicomedia urbana sobre la sociedad italiana actual.
Santiago La Rosa (Chai editores)
Libros favoritos del último año:
La estrella de la mañana, de Karl Ove Knausgard (Anagrama)
Cada uno por su cuenta y dios contra todos, de Werner Herzog (Blackie Books)
Un lugar precioso, de Sergio Bizzio (Random House)
El fuego del fin del mundo, de Wendell Berry (Errata Naturae)
Alcancía, el primer volumen de los diarios de Rosa Chacel (Blatt & Ríos)
Natalia Litvinova (Escritora, editora de Llantén)
La isla desnuda, Lola Nieto; Ed. La Caja Books
Mañana, Olalla Castro; Ed. Lumen.
Palabras desde el otro lado de la muerte; Ariel Dorfman, Ed. Visor.
Cuaderno rojo, obra completa, Eduardo Chirinos; Ed. Pre-textos.
El abedul de Karlok, Martín Sancia Kawamichi, Ed. Salta el Pez.
La ciudad donde te amo, Li Young-Lee; Ed. Vaso roto.
URUX, Una correspondencia, María Auxiliadora Balladares y Sebastián Urli; Ed. Severo.
El monte de las furias, Fernanda Trias; Ed. Penguin Random House.
No hables tan rápido delante de la noche, Dolores Etchecopar; Ed. Hilos.
Alicia López (Automática Editorial)
La última frase, Camila Cañeque (La uña rota)
El libro del desasosiego, Fernando Pessoa (Acantilado)
Te elige, Miranda July (Comisura)
La utilidad de lo inútil, Nuccio Ordine (Acantilado)
Obra (El llano en llamas, Pedro Páramo, El gallo de oro), Juan Rulfo (RM Verlag)
Elisa G. McCausland
World Within the World. Julia Gfrörer. Fantagraphics
En el Jardín de las Americanas. Cristina Oñoro. Taurus.
Retratadas. Stéphany Onfray. Cátedra.
Fani Manresa (Temporal Casa Editora)
Ante la imposibilidad de una selección sucinta, justa y legal, y la improbabilidad de acierto al lanzar una flecha que apunta a lo desconocido, nos hemos impuesto unas coordenadas para responder a esta hermosa iniciativa de Détour: entran aquí los libros leídos o releídos en lo que llevamos de año a los que volveríamos o ya hemos vuelto:
El destino de la palabra, de Adan Kovacsics (Ediciones del subsuelo)
Si este no es mi hogar, no tengo un hogar, de Lorrie Moore, en traducción de Albert Fuentes (Seix Barral)
Vudú (3318 Blixen), de Angélica Liddell (La Uña Rota)
Doktor Faustus, de Thomas Mann, en traducción de Eugenio Xammar (Editorial Edhasa)
Claros del bosque, de María Zambrano (Alianza editorial)
Lucía Márquez (Periodista)
El informe. Trabajo intelectual y tristeza burocrática, de Remedios Zafra (Editorial Anagrama)
Testimonios sobre Mariana, de Elena Garro (Bamba Editorial)
Indigno de ser humano, de Osamu Dazai (Sajalín Editores)
Cuentos oscuros, de Shirley Jackson (Editorial Impedimenta)
Después del trabajo. Una historia del hogar y la lucha por el tiempo libre, de Helen Hester y Nick Srnicek (Caja Negra)
El arte de invocar la memoria, de Esther López Barceló (Barlin Libros)
Homes, amor i cures, de Francesc Miró (Sembra Llibres)
La Mancha, de Enrique Aparicio (Plaza & Janés Editores)
El descontento, de Beatriz Serrano (Ediciones Temas de Hoy)
Estuve aquí y me acordé de nosotros. Una historia sobre turismo, trabajo y clase, de Anna Pacheco (Anagrama)
Por último, el título que me recomiendo a mí misma de cara a las próximas semanas y al que estoy deseando asomarme para huir del mundo: Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes (Siglo XXI). En cuanto empiece la primera página, que nadie me busque durante una temporada.
Elena Medel (Escritora)
Durante el último año he trabajado sobre los diarios de Rosa Chacel, así que su obra ha
ocupado gran parte de mi tiempo de lectura. Amantes de la literatura autobiográfica, qué
fiesta: Chacel se acercó al género desde actitudes muy distintas, con libros explícitos y otros
que presentaba como ficciones, pero se nutrían de su vida con hambre mayor. Para quien
no la haya leído aún, recomiendo como primer contacto Memorias de Leticia Valle (en
Comba) y Barrio de Maravillas (en Lumen).
Dos novelas de Ana Rodríguez Fischer que disfruté encadenadas, y pensé como un díptico.
Antes de que llegue el olvido (Siruela), sobre la relación entre Anna Ajmátova y Marina
Tsvietáieva: bellísima y muy triste, acerca de la vida y la literatura, que extiende la historia de
ambas escritoras a la historia misma de Europa en el siglo XX. Y Notre Dame de la Alegría,
sobre la pintora Maruja Mallo. Plantea en cierto modo el reverso luminoso de la anterior
novela, y nos regala una apuesta formal que omito para que la descubra quien lea, y que me
pareció un acierto.
En poesía, la antología de la obra de Lenore Kandel, Follar con amor (Torremozas): merece la
pena olvidar las coordenadas beat y entregarnos a su revisión de la mística. Me gustaron
sobre todo los poemas más breves, casi estampas… Espléndido el prólogo de Annalisa Marí
Pegrum, que también selecciona y traduce; muy enriquecedor por la biografía de la autora y
su contexto. Otro libro de poemas que me ha impresionado es Leonora dentro (Diputación
de Soria, 2023), de Josefina Aguilar Recuenco: un extenso poema en prosa que recoge el
imaginario de la pintora Leonora Carrington, sobre todo al de su época ingresada en
Santander, y arma un mundo aparte posible; para la propia Carrington, para la misma
Aguilar Recuenco, para quien lee, en un juego muy sugerente de discursos.
Andrea Moliner (Cartelera Turia y La Primera Libros)
Casi todos los días dedico unos quince minutos, que acaban convirtiéndose en veinte o incluso en media hora, a realizar el ejercicio más básico que se le puede recomendar a cualquier individuo que habita el planeta Tierra: deslizar el dedo por su biblioteca particular. Son múltiples los beneficios que esta actividad conlleva para el organismo.
El primero, y más evidente, quitar el polvo – que a saber cuánto hace que no limpias en el hueco que hay entre el último tomo de los Episodios Nacionales y La casa de los espíritus.
El segundo, entrenar la agudeza visual y mental para localizar ese título al que tantas ganas tienes de hincarle el diente. Te lo aseguro, con práctica acabarás siendo más rápido que Indiana Jones intentando escapar del templo peruano de la primera entrega.
El tercero, desarrollar un cierto sentido de la orientación a la hora de localizar el hueco del libro que acabas de devorar porque todo lo que sale tiende a regresar y eso requiere más maña que fuerza. De verdad, sed cuidadosos, que se conocen casos de gente a la que una edición de La montaña mágica en tapa dura les ha hecho ver las estrellas.
El cuarto, inevitablemente evolucionar hacia un sentido más práctico. Aunque todos coqueteemos con una ordenación cronológica, por editoriales, por colores o incluso por tamaños (esta última es totalmente desaconsejable) al final es mejor guiarse por el orden alfabético del apellido de la autora o el autor en cuestión. Que sí, que todas adoramos a Annie Ernaux, pero no hace falta ser tan puristas. Hace poco me contaron la triste historia de dos amigas que dejaron de serlo porque la primera pilló a la segunda colocando en la estantería Los armarios vacíos después de Mira las luces, amor mío. ¡Exagerado! ¿No os parece?
El quinto y último (ya era hora) activar otras zonas del cuerpo que te llevan inevitablemente a realizar numerosas disciplinas igual de nobles, a saber: ponerse de puntillas, cruzar las manos a la altura del coxis, tamborilear con los dedos, rascarse la sien, agacharse con cuidado de no quedarte enganchado, mantener el equilibrio sobre una pierna o tararear esa canción del Megamix que escuchaste por casualidad y que por mucho que lo intentes no logras sacarte de la cabeza. Lo confieso, Viceversa es mi placer culpable.
Lo recomendable es hacerlo varias veces al día, aunque si te pasas no corres el riesgo de infartar, a menos que quieras atreverte con la pluma del señor que antaño presentaba Cuarto Milenio. Sea como sea, aquí van mis recomendaciones para Détour entre las muchas que podría haber seleccionado durante uno de mis éxtasis literario-deportivos:
El recién llegado: El buen mal de Samanta Schweblin. Alguien que me conoce muy bien ha decidido regalármelo en esta última edición del Sentim les Llibreries. Como soy una ansias no tardaré en leerlo.
El que últimamente saco constantemente de la estantería: Días temibles de A.M. Homes. Empiezo a pensar que lo mío con este volumen de cuentos es, como dirían Sonia y Selena, pura obsesión. Sigo pensando en ese chat de amantes de los pájaros y en esa pareja que se reencuentra en un congreso sobre genocidios.
El que acumula polvo pero por una buena causa: La broma infinita de David Foster Wallace. Algún verano lo dedicaré entero a leerlo con toda la atención que merece. Por el momento es simplemente una utopía.
El influencer: Días lentos, malas compañías. El mundo, la carne y L. A. de Eve Babitz. Arrollador, efervescente, honesto. Gracias a su lectura me he apuntado a la olvidada tendencia de encadenar lecturas ambientadas en Los Angeles. Esto sí es generar interés y no lo de Dulceida.
El de segunda fila pero no por ello menos importante: El murmullo del agua de María Belmonte. No todo van a ser historias capaces de llevar tu corazón a mil revoluciones por hora o de personas que se pasaron la vida de fiesta en fiesta. A veces una necesita abrazar el clasicismo, la belleza y el sosiego que provocan lecturas como esta. Eso sí, después de leerlo te dan ganas de pillar un vuelo para plantarte en la Villa Pliniana No obstante y tal y como están las cosas, nos queda la opción más barata: imaginárnoslo.
La joya de la corona: en los últimos meses no ha entrado mucho libro raruno o especialmente curioso. Sin embargo, me siento especialmente orgullosa de que Monster Show de David Skal forme parte de mi particular sección dedicada al terror. A veces lo saco de la estantería sólo para contemplar su extraordinaria portada. Para los muy fans pero también para quienes busquen trazar una cronología histórica a través de la evolución de los miedos y el abordaje de estos desde el séptimo arte.
Los que están por llegar: De momento tengo apartado El hombre del salto de Don Delillo, pero no descarto que de cara al Día del Libro caiga La reina del islote de tierra de Donal Ryan. Claramente he entrado en mi Banshees of Inisherin era.
Núria Molines (Traductora)
Aquí van tres títulos de géneros bien diferentes, más nuevos y menos nuevos, donde la cuestión del espacio y los fantasmas cobran protagonismo:
El paracaidista, de Ana Campoy (Las afueras)
Infestación. Historia cultural de las casas encantadas, de Érica Couto-Ferreira (Dilatando Mentes)
Mujer y entretenimiento en el hogar victoriano, de Laura Monrós Gaspar y Rosario Arias Doblas (PUV)
Gema Monlleó
Para esta selección de libros he seguido el siguiente criterio: libros leídos desde la última lista
de recomendaciones (Navidad 2024) y que sean novedad editorial excepto en los apartados de
Nuevas obsesiones, aquí el descubrimiento es reciente aunque la obra no lo sea, y La más
releída, porque Angélica Liddell es (y presiento que será) una constante en mis lecturas y
relecturas.
Novela
– Canon de cámara oscura, Enrique Vila-Matas. Seix Barral, 2025.
– El fino arte de crear monstruos, Silvana Vogt. H&O, 2025.
– Orbital, Samantha Harvey. Anagrama, 2025.
– La campana, Iris Murdoch. Edicions de 1984, 2025.
– Fin de poema (edición revisada), Juan Tallón. Anagrama, 2025.
Poesía
– Tan bonica i tirana, Blanca Llum Vidal. Proa, 2025.
– On fugirem, amor, Sònia Moll. Godall, 2025
– Devociones, Mary Oliver. Lumen, 2025.
– Si te preguntas por qué un poco. Orígenes de la hiperestesia, Txetxu González. La Uña
Rota, 2025.
Ensayo
– Quatre mil dos-cents vint-i-set suïcidis no exemplars, Laura Llevadot. H&O, 2025.
– La dificultad del fantasma. Truman Capote en la Costa Brava, Leila Guerriero.
Anagrama, 2024.
– Como anillo al cuello, Purificació Mascarell. Ariel, 2024.
– El año pasado en Marienbad. Recuerdos del futuro, Hilario J. Rodríguez. Providence,
2024.
Híbridos
– Escribir la vida. Fotodiario, Annie Ernaux. Cabaret Voltaire, 2025.
– Feliz año. 365 días / 365 diaristas, Esteban Feune de Colombi. La Uña Rota, 2025.
– El año que nevó en Valencia, Rafael Chirbes. Ilustrado por Paula Bonet. Anagrama,
2025
– Ojos llenos de árboles, Pablo Gallo. La Felguera, 2025.
Nuevas obsesiones
– Sobre la idea de una comunidad de solitarios, Pascal Quignard. Pre-Textos, 2017.
– Morir de pensar, Pascal Quignard. El Desvelo, 2025.
– Ha llegado Isaías, László Krasznahorkai. Acantilado, 2009.
– Melancolía de la resistencia, László Krasznahorkai. Acantilado, 2001.
Mitologías revisitadas
– Historia abreviada de la literatura portátil, Enrique Vila-Matas. Edición ilustrada por
Julio César Pérez. Libros del Zorro Rojo, 2025.
– Los detectives salvajes, Roberto Bolaño. Edición ilustrada por Luis Scafati. Alfaguara,
2025.
La más releída
– Vudú (3318) Blixen, Angélica Liddell. La Uña Rota, 2024.
– Solo te hace falta morir en la plaza, Angélica Liddell. La Uña Rota, 2021.
Lucía Navarro (Barlin Libros)
En tiempos descorazonadores, la lectura de la obra de María Zambrano se alza como
símbolo de vida y esperanza. Dos de mis últimas lecturas han sido escritos suyos, cuya
lectura recomiendo y considero atemporal para cualquiera que esté pensando las formas de
estar en el mundo. Estas obras son Los bienaventurados y El sueño creador.
Considero que la mejor manera de recomendar estas lecturas es aproximarse a su palabra.
En el último epígrafe de Los bienaventurados, leemos lo siguiente: «La esperanza, encendida
como fuego y como lámpara del corazón, hace de él el centro donde el entendimiento y la
sensibilidad se comunican; es el centro donde se verifica esa operación vital tan
indispensable que es la fusión de los deseos y de los sentimientos, donde los deseos se
purifican y los sentimientos se afinan, el vaso de la unificación de todo el ser». Y añade: «Y
así movimientos que parecen contrarios, como el llamar y el escuchar, vienen a ser la sístole
y la diástole del corazón».
Esta bella lectura de la esperanza, uno de los temas de nuestra contemporaneidad (o la falta
de ella), a partir de la metáfora del corazón, ese centro que une y purifica, me parece
necesaria y reveladora: nos invita a cultivar el mirar al mundo atendiendo a lo que se
muestra, a la llamada y a la escucha desde el corazón, al sentir originario y verdadero de las
cosas cuya presencia es inasible y carece de lenguaje, incluso en momentos de
desesperación e incertidumbre. Pues, para Zambrano, hay una esperanza que se «extrae del
vacío, de la adversidad, de la oposición (…), es la esperanza que crea, la que hace surgir la
realidad aún no habida, la palabra no dicha: la esperanza reveladora». Palabras que reflejan
parte de los fundamentos de su razón poética.
A partir de este revelar, de esta esperanza creadora, no puedo evitar tender un claro puente
con El sueño creador, donde la pensadora afirma que «el sueño de la persona es, en principio,
sueño creador que anuncia y exige el despertar trascendente», un despertar verdadero que
nace del deshacerse y rehacerse, acción poética y creadora y que tanto nos acerca a esa
posibilidad del renacer, de la apertura y la posibilidad. Estas dos obras, leídas en proximidad
y conjunto, son claro del bosque y remanso donde habitar el gerundio, aquello que todavía
está haciéndose, el sueño: mirarnos a nosotras mismas y al mundo y hallar, aun en la
desesperación, la posibilidad más noble del ser, una posibilidad que nos invite al silencio, a
la reflexión y a la acción.
Para seguir explorando, de forma más aterrizada, la faceta comprometida y política de
María Zambrano, recomiendo encarecidamente otra de sus obras más brillantes: Persona y
democracia.
Kasia Olszewska (Báltica Editorial)
La puerta, Magda Szabó, (Debolsillo)
El rey de Varsovia, Szczepan Twardoch, (Acantilado)
Mi padre alemán, Ricardo Dudda, (Libros del Asteroide)
La piedra permanece, Mar Casals, (Libros del K.O.)
El amor ha sido mi única culpa. Sobre las mujeres de la antigua Unión Soviética, Małgorzata Nocuń, (La caja books)
Francisca Pageo
Manual para la obediencia, Sarah Bernstein (Random House)
Hablando con mi cuerpo, Anna Swir (Pre-textos)
Noches rusas, Vladimir Odoievski (Pre-textos)
Me fui como una tormenta, Sara Herrera Peralta (Consonni)
Insaciable, Malgorzata Lebda (Temporal)
Poemas escogidos, Joseph Brodsky (Siruela)
Israel Paredes Badía
Golpe magistral, de Jessica Anthony (Gatopardo Ediciones)
Londres, Louis-Ferdinand Céline (Anagrama)
El último artefacto socialista, Robert Perišić (Impedimenta)
Helada en mayo, Antonio White (Impedimenta)
El río, Esther Kinsky (Editorial Periférica)
No hay épocas tan malas, André Dubus (Gallo Negro)
Cómo construir una mentira, Marta Polo (Colectivo Bruxista)
Las pirañas, Miguel Sánchez-Ostiz (Malas Tierras)
Casandra, Christa Wolf (Malas Tierras)
Los hechos de Key Biscayne, Xita Rubert (Anagrama)
Los sorias, Alberto Laiseca (Editorial Barrett)
La próxima vez que te vea, te mato, Paulina Flores (Anagrama)
Muerde a tus amigos, Fernanda Berstadt (Gatopardo Ediciones)
Cósima, Grazia Ddeledda (Nórdica)
El caso de las cabezas cortadas, Gonzalo Suárez (Nórdica)
Cartas cruzadas (1858-1887), Émile Zola, Paul Cézanne (Acantilado)
Adulta funcional, Gloria Fortún (Dos Bigotes)
El arte de invocar la memoria, Esther López Barceló (Barlin Libros)
El peronismo explicado a los españoles, Darío Adanti (Athenaica Editorial)
James Joyce, Edna O’Brien (Cabaret Voltaire)
La mirada cautiva, Colm Tóibín (Arcadia)
René Parra (Editorial El Nadir)
Francisco Umbral, La leyenda del César visionario, Seix Barral, 1991. Aproximación a la figura de Franco y la intelectualidad falangista en el contexto de la Guerra Civil. Por momentos descomedida en su despliegue verbal, se trata no obstante de una novela llena de fuerza, apabullante en determinados pasajes. Obra muy recomendable, diría que insuficientemente valorada.
René Parra, Dibujar la guerra. Arte en las trincheras (1914-1918), El Nadir, 2024. Sucinto pero documentado ensayo que me ha dado bastantes alegrías; más allá del apartado teórico con fines de contextualización de mi autoría, el libro es ante todo una selección de algunas de las obras gráficas más notables (y menos conocidas) producidas en el bando aliado durante la Primera Guerra Mundial.
Alberto Manguel, El legado de Homero, Debate, 2010. Por sintético, el ensayo peca a veces de demasiado abstracto; aun así se trata de una exploración fascinante: un recorrido por la apreciación e influencia de la obra fundacional de Homero a lo largo de la Historia.
Librería Praxis
Entrevistas, conferencias y cartas (Ramón María del Valle-Inclán) – Pre-textos
Experiencia irónica y civilización ( Ismael Crespo Amine) – Homo Velamine
Ferias y atracciones (Juan Eduardo Cirlot) – Wunderkammer
El rastro (Javier Campano) – Ojos de buey
Heretical aesthetics, Pasolini on painting (Pier Paolo Pasolini) – Verso Books
La pipa de kif (Ramón María del Valle- Inclán) – Hiperión
The agony of power (Jean Baudrillard) – Semiotext(e)
España años 50 (Carlos Saura) – La Fábrica
Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910) – Museo Del Prado
Teatro Total: arquitectura y utopía de las vanguardias en el período de entreguerras (Juan Ignacio Prieto López) – Diseño.
Obra reunida (Mario Bellatin) – Alfaguara
El profe de alemán (Amalia Ulman) – Nagi bookz
Arquetipo, mito y arte en el Barroco (Antoni Amaro) – José Olañeta editor
Pintura: el concepto del diagrama (Gilles Deleuze) – Cactus
Morrisey. Alone and palely loitering (Kevin Cummins) – Casselll
Critical meme reader III – INC (Institute of Network Cultures)
Miguel Roán (Director de Balcanismos)
No voy a ninguna parte (Impedimenta – Trad. Krasimir Tasev), de Rumenza Bužarovska
No matarán ni una mosca (Libros del KO – Trad. Isabel Nuñez), de Slavenka Drakulić
La leyenda de los ciclistas (Automática – Trad. Juan Cristóbal Díaz), de Svetislav Basara
Más de un siglo se alarga el día (Automática – Trad. Marta Sánchez-Nieves Fernández), de Chinguiz Aitmátov
Hijo de papá (Deleste – Trad. Patricia Pizarroso y Marc Casals), de Dino Pešut
Diarios del Olvido (Deleste – Trad. Marc Casals), de Semezdin Mehmedinović
Virgen jurada (Errata Naturae – Trad. Regina López Muñoz), de Elvira Dones
Consuelo Rubio (Traductora)
¿Qué libros le prescribo al prójimo que me aprecia, que aprecio? Los mismos que me autoprescribo. En otros tiempos fueron de otra especie. Hoy son libros que me han obligado a ver el mundo de otra manera, aunque sea en pequeña medida.
En otros tiempos fui más soberbia y más audaz: respondía a esta invitación con la misma falta de obligatoriedad que hogaño, pero con la confianza de que se me tomaría en serio. El impersonal se en la forma del verbo no es ocioso: me incluyo a mí misma. Ahora, cuando compito con redes neuronales mucho mejor tejidas que las mías y la sapiencia del logaritmo, me sorprende tanto más ser animada a escribir estas líneas.
Aun así.
En ficción:
Los optimistas y Tengo algunas preguntas para ti, de Rebecca Makkai (Sexto Piso)
Las novelas de Han Kang: La vegetariana, Lecciones de griego, posteriores.
Oposición, de Sara Mesa.
En no ficción:
Gritar, arder, sofocar las llamas, de Leslie Jamison (Anagrama) —especialmente los ensayos periodísticos, donde Jamison se infiltra en comunidades bizarras (groupies de una ballena autista; gente que piensa los recuerdos de totales desconocidos; gente que decide pasar la mayor parte de su tiempo dentro de un avatar, habitando una ciberrealidad), no tanto las piezas confesionales y de autoficción.
El jardín contra el tiempo, de Olivia Laing (Capitán Swing)
Sin relato, de Lola López Mondéjar (Anagrama)
El invencible verano, de Liliana de Cristina Rivera Garza (Random House)
El tiempo de los lirios, de Vicente Valero (Periférica)
Libre, de Lea Ypi (Anagrama)
Y en la interfaz de ambas, locus preferido de fértiles locuras:
De fuego cercada, de Servando Rocha (Alianza), que sin lugar a dudas me ha restado inocencia, pues nunca volveré a ver Madrid con los mismos ojos.
Diego Salgado
Bukowski, rey del underground. Abel Debritto. Punto de Vista Editores, 2024.
La imaginación artificial. La imagen más allá de la imagen. Josep M. Català Domènech & Jorge Caballero Ramos. Cátedra, 2025.
El umbral. Alexander Batthyány. Errata naturae, 2025.
Faustino Sánchez
En estas semanas en las que cada mañana miramos a Estados Unidos viendo cómo arrancan historias que no llegan a desarrollarse, me acordaba de Si una noche de invierno un viajero, la gran (meta)novela de Italo Calvino, y pensaba cómo lo interrumpido es mucho más gratificante en la ficción, porque se convierte en el mejor campo de experimentos.
Aunque para experimentos y alocadas digresiones entre el viejo y el nuevo continente no se me ocurre nada mejor que volver a Mason y Dixon, donde Thomas Pynchon crea lazos transoceánicos con varios personajes inolvidables y un pato mecánico.
Y si concluimos el viaje en el nuevo continente, una buena opción para asomarnos al dolor y al trauma silencioso es una nouvelle de Edith Wharton, Ethan Frome, donde cada copo de nieve baña la tierra con la delicada belleza de sus humildes personajes.
Miguel Sanfeliu (Escritor)
Tinta invisible. Javier Peña. Blackie Books
Tierra. Alberto Torres Blandina. Candaya
Soberbia. Recaredo Veredas. De Conatus
Los íntimos. Marta Sanz. Anagrama
Sin relato. Lola López Mondéjar. Anagrama
El año pasado en Marienbad. Hilario J. Rodríguez. Providence ediciones
Madre de corazón atómico. Agustín Fernández Mallo. Seix Barral
La invención de todas las cosas. Jorge Volpi. Alfaguara
Las fieras. Clara Usón. Seix Barral
Ropa de casa. Ignacio Martínez de Pisón. Seix Barral
Minimosca. Gustavo Faverón. Candaya
Yo y yo en breve. José María Merino. Alfaguara
Un lugar soleado para gente sombría. Mariana Enríquez. Anagrama
Canon de cámara oscura. Enrique Vila-Matas. Seix Barral
Diego Luis Sanromán (Escritor y traductor)
Un par de Pasolinis (rescatados):
La poesía no se consume. Altmarea Ediciones, Madrid, 2022. Traducción de Paula Caballero Sánchez.
Los guiones no filmados. El padre salvaje, San Pablo, Porno-Teo-Kolossal. Editorial Trotta, Madrid, 2025. Traducción de Juan-Ramón Capella, Antonio Giménez Merino y Fernando González García.
Un par de Burroughs (¿quién dijo menores?):
Interzona. Libros de la Resistencia, Madrid, 2025. Traducción de Antonio Alarcón.
Puerto de los santos. Editorial Aristas Martínez, Badajoz, 2025. Traducción de Javier Calvo.
Un par de ensayos (imprescindibles):
Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad, Lola López Mondejar. Anagrama, Barcelona, 2024.
Antimatrix, Alèssi Dell’Umbria. Pepitas de Calabaza, Logroño, 2025. Traducción de Diego Luis Sanromán.